Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de enero, 2012

Desgracias con suerte

Tres situaciones. En la primera hace unos minutos que nos han asaltado, los motochorros se llevaron el celular y los documentos. En la segunda nos tropezamos con alguna baldosa suelta en la calle y la caída provoca que el pantalón haya quedado inservible fruto de un “siete”. En la tercera hemos cometido un error en el trabajo que nos ha valido una tremenda reprimenda de nuestro superior. ¿Qué tienen en común las tres? Hasta ese momento nada. Sin embargo a poco de suceder alguna de las desgracias mencionas   se materializará de la nada   un comedido de turno que hará las veces de consejero espiritual,    dispuesto a arrojarnos a la cara el máximo argumento contra la depresión postraumática, el desiderátum del consuelo a terceros quejosos, la frase que es enarbolada   como estandarte por los que ven el vaso lleno en toda en cada una de las situaciones difíciles que nos presenta la vida. Volvamos a alguna de las situaciones planteadas. Todavía estamos reponiéndonos del mal momento, con t

Un instante...

La conciencia de la mortalidad es una certeza que vamos adquiriendo con el paso de los años. Lentamente en un principio y más rápidamente en la medida que la juventud nos va abandonando. Las cosas pasan, dicen los norteamericanos, y lo que era algo lejano se va transformando, la mayoría de las veces, en un sano motivo de preocupación. Es que comenzamos a advertir que no es solo la propia muerte la que importa, también nos perturba profundamente la de nuestros afectos, como así también las consecuencias materiales y emocionales que nuestra partida, o la de los que nos rodean, puedan tener en aquellos a los que les ha tocado permanecer. Quienes hemos sufrido las labores de la parca en seres queridos sabemos del vacío que se produce, de esa herida que tarda en cicatrizar y que, si finalmente logra cicatrizar, duele más justamente por eso. Pero con los años una certeza más se incorpora a nuestro ser: lo frágil de la vida. Todo puede suceder en unos pocos segundos. Por el motivo que sea, a