Dos sensaciones me conmueven, la primera es la de la profunda soledad en la que estoy sumido, no hay materialidad en mi, solo pensamientos. Las sensaciones me han abandonado, mis sentidos han dejado de enviarme las señales que permiten ubicarme en el tiempo y en el espacio, no puedo ver ni verme, todo es absolutamente nada. No soy consciente de quién soy, de cómo llegué aquí, de cuál fue mi misión, sólo de como resultó y en lo que resultó. La otra sensación que me conmueve completamente es la de percibir lo que he creado, no lo veo, no interactúo con mi creación, pero el producto de mis sueños y de mis deseos cobra a cada instante toda una existencia. La perfección no está en los detalle aunque si en las contradicciones, en la belleza contrastada con las miserias, en la materia que se opone a la antimateria. Pareciera que cada partícula es la representación de mis causas, mis efectos y mis afectos. Toda la energía surge del cambio permanente, de lo fluido de esa creación que al no conc...